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jueves, 16 de diciembre de 2010

PRESENTACION DEL LIBRO TIEMPO SIN TIEMPO

ESTACIÓN TRISTE EN TIEMPO SIN TIEMPO

Desde lo más lejano de los años/llegan presencias y olores/Cantos y rastros de mi vida, y es asi como Ignacio Verbel nos trae los ecos de un mundo desgarrado a pedazos, entristecido por defecto y tocado por la muerte, un mundo propio y de todos, una morada irrenunciable donde habrá que soportar el peso de los años y ser hombres y llamarnos por nuestros nombres desquiciados.

Con Tiempo sin Tiempo, la cosa esta de otro modo, entras por sus galerías y tropiezas pedazos de luz desperdigados entre el lodo, hay palabras que te quieren ahorcar y hombres trastocados en lobos en pos de tu aliento y tus zapatos. Entonces descubres que somos el infierno, si, asi como lo oyes hermano, el infierno.

Ahora suponte que Dios no se cuela en esto, que el asunto es espantosamente humano, que Los masacrados son tristes/Tristes sus cuerpos desgonzados/Tristes sus rostros. Y que un antiguo llanto ensucia los colores de la vida. Asi la cosa estaremos implicados hasta los tuétanos….porque toda oración se ha hecho inútil, porque toda marcha se ha hecho inútil, porque todo el llanto se ha hecho inútil…

Pero qué pasa con la muerte y sus muertos, ha que estarnos aquí entre rosales y espinas en un mundo prestado de mala gana, la muerte que extingue lo amado y trae cantando el olvido que seremos, es recompensa-castigo para nosotros los implicados, para nosotros los sin tiempo, para nosotros los lobos, para nosotros diablos o ángeles…

Por eso Ignacio vuelve a los brazos de la madre, a escuchar las historias buenas en su pecho, a lavar la guadaña de los desvelados bajo tierra, a quitar la sangre de su rostro… este retorno es de agua… de savia fresca y viento entre la arboleda despeinada… la infancia es entonces el único paraíso perdido del hombre, su único pasado-presente-futuro, su sola mueca de asombro y esperanza.

Este mismo retorno nos salva, redime al mundo, alza una voz por oasis vivos y nos lleva a cantar con el poeta Por la mano que nunca acarició una flor/Por el labio que nunca dijo beso ni dio besos/Por el polvo herrumbroso de las calles de la infancia/Por este día común y corriente/ y por mis ojos que buscan la alegría

Amable lector, no son buenos los tiempos y leer poesía es un peligro, cerrar los ojos espanta, abrir surcos desvela a los muertos… Tiempo sin Tiempo, eso somos, infierno, paraíso perdido, agua derramada.

Jorge Del Rio
Sincelejo, diluvio de 2010

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